El ejercito ha entrado en el campamento de los camisas rojas de Bangkok. Sus preocupaciones serán muy diferentes a las nuestras.
Parece ser, que hace unos años (en el 92, creo) el rey intercedió por la paz y todo se arregló. Sin embargo, el rey (ahora octogenario) creo que pasa un poco del tema. Y, claro, el problema de los fanatismos es la ceguera que provoca.
Pero bueno, aunque me sienta mal por decirlo en voz alta, mientras unos luchan contra el ejercito con tirachinas y recogen heridos casi televisados en directo, otros nos preocupamos por las vacaciones. Triste pero global.
Bueno vamos a ver si nos animamos un poco y mandamos desde aquí nuestro mínimo soplo de libertad.
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